
A 61 años del trágico accidente aéreo que le corto la vida al ídolo Mario Salvador Camposeco, se le recuerda y su legado se mantiene vivo en la mente de los súper chivos.
Un domingo como hoy solo que del año 1,951 el estadio lucia una de sus mejores galas ya que se recibía la visita de Comunicaciones, Camposeco salió inspirado a ese partido y sus tres anotaciones le dieron la victoria a Xelaju, sin saber que esos goles serian los últimos de su carrera.
La bondad y el amor por el prójimo se dejo ver en los últimos instantes de vida de Camposeco ya que cuando se acercaron vecinos quetzaltecos a auxiliar a los tripulantes de la avioneta, el ídolo con voz apagada pidió una linterna para asistir a sus compañeros de vuelo.
Si Dios se lo llevo fue para cumplir con aquella frase que dice “A Dios le gusta llevarse lo bueno”.
No solo Guatemala lloro su muerte, también lo hicieron los países centroamericanos y hasta la naturaleza expresaba su dolor con un torrencial aguacero pero como un homenaje celestial cuenta la revista “Guatemala Deportiva” en su edición de julio del 51 que a pocos minutos de las 4 del lunes 18 la lluvia calmo y toda la población quetzalteca despidió con honores de una eminencia a su ídolo.
Los centros educativos y autoridades departamentales hicieron guardia con un imponente silencio, el comercio cerró sus puertas y las cortinas negras predominaban en las casas aunado a las lamentaciones de los habitantes de esta tierra.
Gracias Mario Camposeco por ser parte fundamental del equipo que hoy lleva su nombre y que nos ha dado tantas alegrías.
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